martes, 19 de junio de 2007

Poema de Edmundo Icaza Mendoza

DE LA VERTIENTE DE MI PENSAMIENTO
Y MIS SENTIMIENTOS QUERIDOS

I

Abro mi alma,
Y suspira notas musicales de vida,
En el manantial maravilloso
De lo vivido.

II

De la armonía en ropaje bello,
Vivo complacido de la vida.
Vertiente encendida
De mi inspiración.

III

Del cielo me vienen las mieles
Que saboreo con mucha delicia;
Siendo de la sabia más pura
La que nutren las dulces melodías.

IV

En mi mente, pueblan encantadoras
Fragancias de rosas.
Y surgen de mis emociones,
Cantos melodiosos de la alborada.
Crepúsculo matutino de mi corazón abierto.

V

Se baña en aguas rosadas
El canto de mi inspiración.
Y digo mis pensamientos,
Y abro mi corazón, despejado
Y sereno para la dicha.

VI

Mi pensamiento y mis sentimientos
En abrazo sonoro
Perfuman mi sendero
De la dulce armonía.

VII

No se que tiene de sortilegio,
Y de embrujos amorosos el recinto,
Que cuando yo estoy presente
Me doy por entero al deleite dichoso
Y al vuelo amoroso de Eros.

VIII

En chirridos intermitente.
Y empujado por fuerza extraña
Como un necio apareciste,
Entre vueltas circunscriptas
Alejándote con las vueltas al girar,
Tus hélices empezaron a decir
Sus chirridos.

IX

Mis pensamientos hacen su nido,
Cuando unos que van y otros que vienen,
Y hay, de los que elevándose a los cielos,
Desde allá, me miran con lenitivo alivio,
Confortando mi júbilo agradecido.

X

Alegre, festivo.
Tierno y ligero
Recibo inspirado
Al sol mañanero
Y de la brisa fresca
Un tierno beso.

XI

Eres mi estrella
Eres mi musa
Y a través de tos ojos
Se refleja el alabastrino
De tu piel, encendida
De gratas emociones.
Y adornado de perlas,
Mi corazón se viste
De nacarado cielo.

XII

Eres mi sueño
Eres melodía
Eres el alba
Eres en mi vida
Eres lo que más quiero.

XIII

Que un remanso de paz
Abrigue vuestro corazón,
Y una ola trascendente
De comunicación interior,
Nos lleve suave por la
Acariciante frescura de la
¡Esperanza!

XIV

Cantos de pájaros
Caminos de Mieles
Belleza de campo
Ternura y pasión
Sendero de flores
Belleza y vitalidad
Sabia pura
Vida en mí.

XV

Vive y alaba,
Alaba y vive la poesía,
Más allá de la muerte.

XVI

Riega tu sendero
Con trinos
Y poesía.
Riega amorosamente
Tu vida y riégala
Con suave fragancia

XVII

Elévate.
Trasciende.
Deja este mundo
Loco.
¡Nútrete de Amor!

XVIII

Florece
En la frescura,
Y en lo verde
De la Esperanza.
En el Renacer
Y Fecundidad
De la vida.
¡La tristeza no está en mí!

XIX

Silvio, hermano,
Mis Recuerdos
De aquella mañana,
Que con pleitesía
En tus florecidos
Años juveniles
Dijiste que abrazabas
El mañana
¡Por la alegría del Futuro!

XX

Conjugación de frescura.
Y lo más sublime de uno,
La adolescencia.
Porque es en la Juventud,
Que revienta en flor la vida
Para beber
En el ayer
Y en el mañana
Y en la búsqueda del momento
Y del lugar
¡Con el cáliz de la Esperanza en la mano!

XXI

Delicado regalo
De tejidos de notas.
Sendero de trinos
Tierra de poesía
Fragancia de rosas
Que inspiras mi vida.


XXII

Mañana húmeda
De mi tierra leonesa.
Campos, montes y sembrados
En comunión de alegría.
Viento del noreste
Que aletea mi cara.
Respiración profunda.
Olor agradable de flores
Silvestres, que adormecen mi alma.

XXIII

Vuelo impetuoso,
En mi desplazamiento infinito.
Ideal límpido viajando en el
Espacio cóncavo del cielo,
En el ardor ansiado
De mi existencia.
El cosmos es mío
Lo he conquistado por el amor

XXIV

Mis aspiraciones
Mis sueños
Y mis deseos
Están en la lucha por mis ideales.
En el quehacer perseverante.
Y en el trabajo y victoria
De las ilusiones conquistadas.

XXV

Atrios anchos, frescos,
De barro rojo.
Repiques de las campanas,
En la mañana, ¡un concierto!
Barrios florecidos
De campanarios alegres
Que nos llaman
Muy temprano
Con el primer repique ¡glin, glin, glin!
Y en el segundo que nos apuremos,
Y en el tercero que muy poco falta
Para comenzar la misa.

A veces se oyen lentos y tristes,
Que aprietan a cada campanada
Muy duro, pero muy duro el alma.

XXVI

Mis versos son sencillos y hermosos
En el espíritu enriquecido por el disfrute
De lo hecho,
Y el gozo conquistado y el
Cumplimiento satisfecho,
Realizado,
Lleno,
Contento,
En abundancia de ideales.
Y sueños logrados.

XXVII

Amo al amor
Porque yo fui creado por él.
Y porque creo en la Fe,
A la que me aferro,
La que ha sabido guiarme entre el
Vaivén tumultuoso de la vida,
Amando a los que aman sus ideales,
Y por su perseverancia,
Y valentía, de ser ejemplo
En este mundo,
En la enseñanza del paso a dar.

XXVIII

Amo al amor y al heroísmo,
Y respeto y venero a los que partieron,
Y a los valientes que llegaron
Y que siguen avanzando en sus ideales.
Amo al amor porque ha sido
Permanente en mí.

XXIX

La tristeza no tiene cabida en mi pecho.
La tristeza es un beso fugaz
Que pasa de largo, ¿y
La derrota?, ni pensarlo.
¿Y la timidez?, no es mi fuerte.
¿Y las debilidades?, las convierto
En fortaleza de voluntades
Donde se estrellan:
El miedo
Las estupideces
Y las angustias.
¡Y abro mi pecho para abrasar el Sol!
En mi purificación cósmica.
XXX

La soledad es sabrosa
Cuando hay paz espiritual.
El silencio es riquísimo
Cuando las ideas danzan
Persistentes, y me dicen
Lo que piensan
Sienten
Y quieren
Y dicen sus verdades.

XXXI

Cuando leo me siento grande.
Cuando escribo soy un inmenso océano
Agitado, que trata de vaciar
En sus mareas, un poquito de sus hermosos
Sueños.
¿Y después? Viene la paz
Y la tranquilidad;
El aliento,
Y la bondad de un corazón
Ávido de la alegría,
Abierto, libre
Y soñador.

XXXII

La poesía está en mi ánimo
Que con sus cucharadas de miel
Endulza mi imaginación,
Y mi corazón ávido de luz,
Aun en tiempos borrascosos,
Dulcifica mi existencia, y abre los lazos
De un regalo espiritual,
Para surcar en alas del viento
El infinito de mis fantasías.

XXXIII

La poesía no morirá jamás
Porque hay corazones que arden de amor,
Y porque es y será vertiente sensible,
Caudal de emociones, tocados por la seda
De manos divinas.


Edmundo Icaza Mendoza
León, Nicaragua, A. C.

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