EN LA FINCA DE MI ABUELA
¡Embebido de sudor, con mucho miedo,
pero lleno de felicidad, me desperté sin
despertarme!
Soñé,
que un cosquilleo recorría
todo mi cuerpo, toda mi vida,
y que mi vida que se llenaba
de una sabrosura increíble,
que me entumía y me desprendía la vida
y que me llevaba a la muerte,
y que me la devolvía en increíble dicha
en un sueño que desperté sin despertarme,
y despierto seguí soñando esa delicia
que me ahogaba y me revivía
de algo, que ni imaginarme puedo,
y que ni con palabras lo puedo describir.
Soñar y vivirlo, fue uno solo,
y al despertar que me sentía morir,
por lo que quería seguir soñando,
y despierto seguir viviendo
esa maravilla, de indescriptible delicia,
de lo que ya no sé si es verdad
o de lo que ya no sé si es mentira.
Anoche soñé un sueño
sabroso,
riquísimo,
y bello.
De sabrosura increíble,
del que me sentí morir
y revivir al mismo tiempo.
De esa noche, que soñé un sueño,
que me parecía que era verdad
o que era mentira
y que no puedo decir, de lo que vi
ni de cierto de lo que yo sentí,
de corriente delirante
y que de calentura ardía
y de felicidad se llenaba mi vida,
y de un ¡Ay mamacita!
¡Me muero!
Sentí que grité
Casi, pero casi, ahogándome.
Ayer soñé un sueño
De lo más bello que he soñado
Y de por cierto vivido.
¡Y aunque me muera!
¡Quiero volverlo a soñar!
Riquísimo
Delirante
Y bello.
¡Así de nuevo
lo quiero soñar!
Autor: Pedro Edmundo Icaza Mendoza
8:00 a.m. 10 de diciembre de 1958
Finca de mi Abuela Cleotilde Parajón
EDICAMEN.
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