viernes, 6 de junio de 2008

UN CORAZÓN QUE LATE EN EL CORAZÓN INDÍGENA

UN CORAZÓN QUE LATE
EN EL CORAZÓN INDÍGENA

¡Doña Transito Berríos, una escuela
de amor y perseverancia!

***
Cuando conocí tu historia
(se avivó mi pulso;
y mi corazón, entre latido y latido,
abrió los surcos de la sensibilidad
en los que fueron depositados,
(una a una la semilla fértil,
de la perseverancia de tu alma bondadosa.

De tu pertinaz misión que empezaste
con tesonero amor,
y de tu sonrisa que al recorrer tu ánimo,
Levantóse al Sol en reverencia,
─me cuentan los sutiavas─,
que en salutación te inclinabas,
(ante la quebrada grácil
en una ceremonia susurrante, de todos los días,
refrescando tu camino y tu alma,
en el júbilo permanente de tu canto
que por amor, esparciste a tu raza.
¡Casta de nobles ideales!

Desde la humilde choza, tus ideas,
(levantáronse,
y cimentadas, en raíces intensas,
hurgaste en el corazón inagotable
(de muchos,
con el hermoso sueño de una ¡Escuela!
para alzar la espiga del saber,
florecida en la alegría de los niños.

Por eso, en el palpitar, de tan esplendorosa
(historia,
y al oír los hechos, pulsa el corazón vertiginoso
por mi mente: “El vengan a mí los niños”.
Y en aquellas palabras de gran consonancia:
“Y también enséñenles a leer y escribir”.
Y fueron reuniéndose así, de tu luminoso ejemplo,
tu ascendencia edificante y constructora,
en loable empeño —de tu diario caminar—,
conjugándolo con la perseverancia más pura,
al cursar el cuarto y quinto grado,
a los sesenta años de tu vida ejemplar.

Sueños de ayer y de hoy
(hechos realidad,
y de tu alma cantando en silencio,
y tus ojos extenuados
(por el paso del tiempo,
vemos en esa profundidad de apóstol,
sonreír con la serenidad de india,
la satisfacción de abrir tu vida diáfana,
—tu secreto: la perseverancia—,
y la amorosa comprensión del esposo,
que paciente, vio de tu lucha estoica,
siempre firme, en la entrega del amor,
para que hoy, depositemos en tu dulce frente,
una corona de laureles, por tu reto,
¡En el corazón de Sutiava!

Autor: Pedro Edmundo Icaza Mendoza
4:00 p.m. del 27 de octubre de 1996.
Radio Venceremos. EDICAMEN.

UN PEQUEÑO PARAÍSO

UN PEQUEÑO PARAÍSO

Al Poeta Enrique de la Concepción Fonseca,
del Consejo de Ancianos de los Indígenas de Sutiava.
¡Dicha y Bendición lo envuelve su pedacito
de Edén!

***
Un pedazo de bien terrenal
Sentí vivirlo entre la risa franca
Y natural del “Río Escondido”,
Que enredado entre la bella floresta
del remanso
Deslizábase alegre y libre
Con la delicadeza de manantial delicioso,
Entre aquellas plantas frescas y agradables,
Que me inspiró el placer de sentir la vida,
¡Y la maravilla del sentir de estar vivo!

Respiré profundo… Y de paz se llenó mi pecho.
Y mi mente, jugueteando alegre, yendo y viniendo,
Entre la sombra de vegetación tupida,
Invitó a mi Musa para cantar lo bello
Y la dicha, de este pequeño mundo.

El tiempo y los hechos
Recorrieron mi alma,
Y sumergiéndome,
Y alzando mi vuelo a lo ignoto,
Y viajando en el misterio
De lo que es,
Mi espíritu se embriagó de ambrosía
De lo que sólo yo sentí
Y lo pude ver.

¡Bendito paraíso terrenal!
¡Y bendiciones a los hombres que tienen
[el don del Amor!

Autor: Pedro Edmundo Icaza Mendoza
4:00 p.m. del 12 de Octubre de 1996
Río Escondido. Un vez que visité al Poeta de
Sutiava. EDICAMEN.

A JOSÉ DE LA CRUZ MENA

A JOSÉ DE LA CRUZ MENA

¡Un iluminado del alma!
Dedicado a José María Jerez, (Chemita).

***
¡León!
En tu corazón de música
Y poesía,
Se abre la Gloria
De la fecunda inspiración.
Eres vertiente inagotable de vida,
Que interactuando
En el devenir del tiempo,
Enseñas a nuestro Espíritu
¡La Suprema Armonía del Alma!

¡OH, Maestro MENA!
Tú que floreciste en el vals
Con las sagradas notas
De la sensibilidad humana.
Tú, que conservas la transmisión
¡Del Espíritu Liberado!
Tú, que derrochas en cada pentagrama
La percepción interior de la vida,
Has logrado que tus hijos,
Pulsen la Lira, la Fe y el Intelecto
Para iluminar este camino
Lleno de confusiones,
Y buscar la grandeza
¡De lo trascendido!

¡OH, Maestro MENA!
En tu íntima convicción
Y en la voluntad de hacer,
Marcaste tu brillante inspiración.
Y con tus notas melodiosas
De una mente fecunda,
Traes permanente al corazón
¡La Armonía del Alma!

Autor: Pedro Edmundo Icaza Mendoza
8:00 a.m. del 7 de Mayo de 1995.
Colonia 4 de Mayo. Zaragoza.
EDICAMEN.

jueves, 5 de junio de 2008

IVANIA

IVANIA

¡Para Martha Ismania Mendoza Gómez.
Que descansa en la Paz del Señor!

***
Con tu juvenil atención
Derrochabas entusiasmo
(y alegría;
Con tu nobleza de corazón
Lo abrías al unísono,
Jovial,
Atento,
Como sustento espiritual
De la amistad,
Para entregárselo
al amigo
al vecino
y al familiar.

Te recordaremos Ivania,
Por la grandeza de tu alma;
Por tu despliegue de bondad
Que jugueteando sin parar
Hacías sentir bien al corazón.

Hoy Ivania,
En un sitio especial
Estoy seguro que estás,
Repartiendo sonrisas,
Rodeada de amor y armonía,
En lugares delicados y suaves
¡Envuelta por la Paz de Dios!

Tu ánimo atento, Ivania,
Lo tengo presente,
activo, laborioso
Que envueltos en la cordialidad
de siempre
Nos animabas a todos,
En la manifestación del dar
y del recibir
Sin contratiempo alguno.
¡Por eso te recordaremos,
Por siempre, IVANIA!

Autor: Pedro Edmundo Icaza Mendoza
2:20 p.m. 2 de Mayo de 1995. Casa Solariega
de Noel “la Gata” Mendoza. Telica.
EDICAMEN.

AMIGA

AMIGA

Dedicado a Doña María
Lidia Hernández Ruiz. ¡Florecido en
el tierno cariño de la Amistad!

***
Apreciable amiga.
En verdad te saludo
en tu día,
Porque en mi corazón
lo siento,
Y, al valorar mis sentimientos,
Estos se deslizan
suavemente,
En la profundidad
de mis ensueños,
Para abrir la ventana
del corazón,
En esa comunicación sensitiva,
Que se prende en el alma
Como broche de luceros,
En un amanecer
tierno y fresco,
Que depositado con un beso
Le rindo culto a la ¡Amistad!

Autor: Pedro Edmundo Icaza Mendoza
10:00 a.m. del 28 de Marzo de 1994
Radio Venceremos. EDICAMEN.

EL ÁRBOL, EL VIENTO Y TÚ

EL ÁRBOL, EL VIENTO Y TÚ

¡Katty, mi Musa de ensueños
y Esperanzas!

***
Cuantas veces,
En mis monólogos internos,
Me he preguntado una y otra vez,
¡De qué y porqué conversan tanto!
¡Y con permanente acento!

¿Pero qué lenguaje es ese?
¿De que susurran las ramas y el viento?
Será que hablan del encanto
De su cabellera suelta,
O de su ternura
Del romance fiel.

Hay un lenguaje de saltarín gozo.
Risueño, expresivo…
Sencillo y armonioso.
Un lenguaje de roce y roce
Cuyas hojas
El viento envuelve,
Para formar un follaje de sombra
Donde se mece,
Enternecedora
La frescura de tu
En la calidez del sol.

Oh, misterioso susurro…
Lenguaje de vida
Que estampado en mi alma
Me descifra el lenguaje de Dios.
Y en el regazo de la sombra,
Hablamos
Yo, y el viento.
Tú, y las hojas.
Nosotros los dos.
E árbol y el sol.

Hay sílabas que hacen palabras
Y oraciones con verbos activos.
Hay un lenguaje sencillo
Que salpica mi alma,
Y que caminando
Por el sendero de Dios,
Se presenta
La esperanza de la vida,
¡La Esperanza de los dos!

Autor: Pedro Edmundo Icaza Mendoza
1:30 p.m. del 8 de Noviembre de 1993
Frente a las Pilas. El Laborío.
Leído el 21-01-94 en el Paraninfo, UNAN.
En el acto anual del CEPA, León.

UN BRINDIS Y UN RECUERDO

UN BRINDIS Y UN RECUERDO

¡En todo momento, pienso con añoranza,
En mi Nicaragua bella!

***
Hay en mí
Una sensación
Mezcla de nostalgia
Y alegría.

La sonrisa florece
En todos los rostros
Y el gozo,
Brilla jugueteando
Entre las muchachas bonitas,
Y un pensamiento
Al recuerdo de Carlos
Viaja a Nicaragua.

¡El Carnaval comienza!
Berlín
Se abriga de calor humano,
Y festivo
En la suavidad de ondas,
Se pasea enamorado
De la noche.

La música tierna
Y a veces cálida
Expresiva va tejiendo
Entre Lenguas y signos,
Un solo espíritu:
¡La Amistad!

Autor: Pedro Edmundo Icaza Mendoza
10:00 p.m. del 19 de Noviembre de 1988.
Berlín, RDA – Alemania. EDICAMEN.

EN ISABELIA NACIÓ UNA LUZ

EN ISABELIA NACIÓ UNA LUZ

¡Fue una luz brillante que anidó en los pechos
de corazones valientes!

***
Entre notas armoniosas
De nuestro folklore.
Entre recuerdos, imágenes,
Y emociones,
Se fue tejiendo ese 8 de Noviembre
¡Una idea indeleble
De Libertad!

Con destellos de flores
Y cantos alegres,
Todos saludaron a Carlos,
El hombre recio
Y futurista de encanto.

Y como una coincidencia Histórica,
¡Fulgurante!
Ese mismo día,
La Cordillera Isabelia
Se hizo Luz,
Y su luz se proyecto
En Unidad.

Unidad que anhelamos en el presente.
Y como rosas rojas abiertas al mundo,
Incubamos para el Futuro
¡La Esperanza de la Paz!

Autor: Pedro Edmundo Icaza Mendoza
800 a.m. del 8 de Noviembre de 1992.
Radio Venceremos.

LA NIÑA DEL RÍO

LA NIÑA DEL RÍO

¡La esperanza se escurre entre
la fisura de la desilusión!

***
La niña del río
Con su motete de ropa,
Baja, Baja, y Baja,
Las gradas del puente
Un 25 de Diciembre
Del setenta y cuatro.

La niña del río
Con su motete de ropa,
Lava, lava y lava,
Sobre la laja,
Su motete de ropa
De la desesperanza.

La niña del río
Con su motete de ropa,
Dobla su débil figura.
Y lava, y lava… y suspira,
En las Navidades
Del setenta y cuatro.

Y, mientras lava y lava,
Hay risas y gritos,
Y por encima del puente
Se escuchan los pitos.
Y la algarabía de todos los niños,
Suena por doquier.

La niña del río
Con su motete de ropa,
Una lágrima suelta
Desde la profundidad
De su tristeza.
¿Existirá el Niño Dios?

Y a la niña del río
Le soplan los vientos,
De aquella alegría.
Y los sollozos de aquel
Medio día, responde:
¡Para ti, un motete de ropa!

Autor: Pedro Edmundo Icaza Mendoza
10:00 a.m. del 25 de Diciembre -1974
Puente Mayorga. Bajo la sombra del
Tempisque. “Las Pilas”. El Laborío.

TU DESDEN DUELE

TU DESDÉN DUELE

¡A pesar de tu desdén
te buscaré por doquier!

***
Mi amor por ti duele,
Y mi pecho atormentado revuélvese
Inquieto en tu búsqueda permanente.
Pero tú, con tu desdén,
Sacrificas la ternura
Del amor en el justo éxtasis
Del caminar inexorable
Del amor que para ti será perdurable.

Y mi pensamiento que te busca
[a cada instante,
Vierte ideas íntimas y regias
[que galopan
En la adoración profunda,
De un amor que es grande, real,
[maravilloso,
Pero que tu desdén
Que hiere a mi alma atormentada,
Y que se atribula sin mitigar la pena,
De esta pena, que al invocarte a ti,
A plenitud de conciencia,
De ese don de dar, aunque por ello,
Dolor se reciba.

Es la misma pena doliente
Que me has hecho padecer.
Y de verdad que duele,
Y más aún porque estas ahí,
[toda, única, plena,
Alzándote imperturbable,
[impenetrable e intensa.
Y revelándose de mí, el dolor,
Que mora íntegro,
Estremecedor,
Cimbrando hasta el mismo centro de mi pasión.
Y, aunque, tu desdén, martirice el alma mía,
La inmensidad de mi amor, por ti, será perdurable.

Autor: Pedro Edmundo Icaza Mendoza
5:15 p.m. del 4 de Mayo de 1974.
Parque San Juan. León.
EDICAMEN.