martes, 9 de febrero de 2010

Un poema de Antenor Sandino Hernández

ANTE LA MUERTE QUE NO TUVO NOMBRE
DEL BR. URIEL SOTOMAYOR.

Sin respetar tu juventud lozana
te inmoló la violencia fratricida.
Ser liberal, fue el crimen de tu vida,
como Uribe, en la noche ultramontana.

Tu pasión por la patria fue espartana.
Tu verbo fue una antorcha que, encendida,
alumbró la caverna ensombrecida
cual si fuera la luz de la mañana.

Ya caíste, Saúl, con tu bandera,
que fue tu roja flor de primavera,
frente a los muros de Jericó.

Mas tu espíritu ─luz del pensamiento─
es ahora, en el libre firmamento,
un nuevo astro que Dios nos encendió.

Antenor Sandino Hernández

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