miércoles, 24 de febrero de 2010

MI HOMENAJE AL POETA ANTENOR SANDINO HERNÁNDEZ

PARA ANTENOR SANDINO HERNÁNDEZ “POETA CHOROTEGA”


EXPRESIVO HOMENAJE

Traigo este expresivo y cariñoso presente, y vengo al mismo tiempo, a sumarme a los hombres y mujeres que mantienen viva la imagen de este hijo leonés, y por mi parte, bríndole mi Homenaje y le tributo mi sincera recordación al poeta Antenor Sandino Hernández, poeta de corazón sonoro, de cumbres y penachos que a los cuatro vientos, hizo vibrar libre en su interior, su altiva sangre india, testificando en su afirmación de siempre su linaje: “¡Yo soy hijo de América y de mi padre el Sol!”.

Antenor Sandino Hernández, el Poeta Chorotega, es el indiscutible cantor del pueblo amerindio, pueblo habitante de las llanuras nicaragüenses de León. Cantor de la esperanza, de la fuerza nueva, nervio de los pechos de la aurora; el que decía con su «Sangre India», y con lengua bravía: “…palabras de rebeldías hechas / no como las orquídeas sino cual bravas flechas».

Antenor Sandino desde muy joven, siente el llamado de las letras, el anhelo de libertad, y el llamado del amor y la esperanza. Y es tan así, que su dedicación y entusiasmo lo expresa desde que se inicia en las lides de la tipografía, cuando después de cursar su primaria tanto en Managua, como en León, entra como aprendiz de este meritorio oficio, formándose desde ahí, su inquieto y hermoso espíritu poético, y en donde, como él mismo lo dijera: “a golpe de mazo fui forjando mi ideal”. Desde joven, Antenor armoniza trabajo, aspiraciones poéticas y participación de esos anhelos de libertad y justicia. Y es ahí, también, en las lides de la tipografía de aquellos tiempos, en que va conociendo y manejando el “arte de imprimir”, llegando a tal grado, el poeta, de dominar con calidad este oficio, que luego se convertiría en parte vital de su quehacer diario.

En esta función empezó a leer obras de distintas índoles, especialmente las literarias. Aquí se adiestra y esto le permite redactar, corregir, archivar… y al mismo tiempo estudiar la difícil disciplina de la “Gramática Castellana”, de la que se volvieron duchos los maestros tipógrafos; y es en estos talleres, donde se forja intelectualmente y nace en él, la necesidad de perfeccionar su espíritu poético y fue también en este medio, donde empezó a brotar su interés, y su preocupación y afanes de lucha, por la libertad y la justicia.

Hombres de tipografía y talentosos artesanos, vieron nacer a un joven poeta, el que empezó a ser conocido como el “poeta proletario», el que escribía, y leía
sus primeros versos por los años de 1914, y el que empezó a ligarse a reconocidos intelectuales y a jóvenes poetas ─amantes y seguidores del movimiento modernista del maestro Rubén Darío─ e iniciar sus relaciones entre conocidas personalidades que lo alentaban y lo apreciaban,

ALENTADO POR PERSONALIDADES DE LEÓN

A propósito de esto, yo escuché por ejemplo decir en la «Esquina de los Sueños», ubicada diagonalmente a la Administración de Renta ─casa solariega de la familia Berríos Mayorga─, cuando se reunían personalidades de la elevación intelectual y espiritual como la de Salomón Ibarra Mayorga, el Dr. Apolonio Berríos Mayorga, Dr. Jorge Méndez, en cuyas tertulias la profesora Mariíta Berríos Mayorga, enfatizaba que éste, refiriéndose al creador de nuestro Himno Nacional, había influido enormemente en el Poeta “Chorotega”, poeta de pluma singular, fuerte y sensible;. También se le hacía especial reconocimiento a los profesores don Vicente Leiva y Miguel Cifuentes, maestros de Antenor, en sus años de escuela primaria.

Ahora, en cuanto a sus inquietudes sindicales y obreras es conocido su entusiasmo al participar en la lucha por la defensa de los trabajadores. Y ya, para el año de 1920, en esta ciudad de León había una ferviente y emprendedora actividad editorial, publicándose en las tipografías: revistas, periódicos, libros locales, folletos; y se reproducían también libros que se introducían desde el extranjero. En esta actividad ─me decía don Rigoberto Palma Sandoval, un recordado y querido dirigente sindical de esta ciudad─, “…que, es aquí, donde vemos aparecer al joven poeta Antenor Sandino Hernández, fundando el semanario “El Socialista”, junto a Leonardo Velásquez y Apolonio Palacios; y lo vemos activo, trabajando también, en la creación para aquellos días, de círculos de estudios, en los que los simpatizantes de estas ideas, se instruían con obras políticas y filosóficas. Se organizó para ese tiempo el Grupo Socialista dirigidos por Alejandro González Aragón, Leonardo Velásquez, y ahí, estaba… el poeta Antenor Sandino Hernández, junto con Apolonio Palacios, entre otros. Al joven poeta se le ve participando en la organización ─para 1924─ de la primera marcha del Primero de Mayo en esta ciudad, enfatizó el recordado dirigente sindical don Rigoberto Palma Sandoval.

Sobre la presencia y participación de Antenor Sandino Hernández, en estas acciones, lo afirma también en un artículo, el prestigiado periodista Ignacio Briones Tórrez, que dice que: “…por ellos ─refiriéndose a los periodistas Guillermo Arce y Emilio Quintana─, conocimos la existencia del poeta y periodista Antenor Sandino Hernández, fundador del semanario “El Socialista”. Aquí escribía sus artículos en favor de la causa obrera, y al poeta, lo vemos incorporado a la Federación de Obreros Nicaragüenses (FON).

Y es que Antenor Sandino Hernández, en toda su atareada vida, poco a poco fue relacionándose con hombres sobresalientes, distinguidos artesanos e intelectuales, que trabajaban en estos talleres, de la talla de Juan Felipe Toruño con quien colaboró estrechamente en la Revista quincenal "Darío" entre 1919 y 1921. Unos dicen que esta revista fue fundada en 1920 y que Juan Felipe dejó de editar hasta marzo de 1923, fecha en que abandonó su terruño.

Al poeta Antenor, le gustó desde joven participar en recitales; declamaba sus poemas en círculos de amigos; entre estudiantes universitarios y núcleos de intelectuales muy reconocidos en esta ciudad.

De tal manera que el poeta, fue armonizando en su juventud, el sobresaliente interés por la poesía, y por otra parte, su afanosa actividad sindical y reivindicadora.

APERTURA DE "MONTAÑAS DE TRINOS"

Me decía el poeta Edmundo Icaza Munguía ─mi padre─ «Hijo Dilecto de la Ciudad de León», que, era tan delicada y bravía la pluma de Antenor, que daba gusto extasiarse con sus versos, escuchar su inflexión enérgica; esos versos que eran de una entonación sonora, sencilla y elevada, donde se sentía la vibración de su estirpe poética, de su fuerza y fibra de caciques bravos o la delicadeza de su cadencia y profundidad, cuando hablaba que su corazón era una “Gota de agua que en la rosa se volvió Universo”, o cuando se refería a los caminos, lo que me hacía pensar, dice el poeta Icaza Munguía, he aquí estas líneas: “Los caminos son lágrimas que llora el universo / por cuyas alamedas pasa en carroza el verso / y la rima descalza, tal si fuera una flor.” "Sino, leámoslo en la Apertura que con delicadeza, armonía y fuerza, hace en 1952, al libro «Montañas de Trinos», de mi propia autoría…" me dijo esa vez emocionado el poeta, Edmundo Icaza Munguía:

“Abro este libro, como el abrazo de un sonoro camino, que va hacia una montaña, en cuya cima quimérica se RECORTARA en el azul del cielo, el ALMENADO castillo, hecho de ritmos y sueños donde de ha tiempo habita esa incomparable dulcinea: La Poesía.

Abro este libro y mis manos se perfuman cual si sus puertas fueran rosas y jazmines, y mis ojos se llenan de lumbre cual si en su humilde portada hubiese estado dormida la lírica estrella de Belén. Y al abrir este libro todo el corazón se me llena de montañas nicaragüenses, de montañas patrias, de esas montañas

mías tan saturadas de cedros, ojoches, de laureles y palmeras en cuyos ramajes atardecidos se adormecieran amándose y cantando los zenzontles.”

Con esta delicadeza de poeta, ternura y amor, siempre nos obsequió Antenor, su alma excelsa y la franqueza de su corazón inspirado.

CUANDO CONNOCÍ A ANTENOR SANDINO HERNÁNDEZ

Al poeta Antenor, yo tuve el gusto de conocerlo en la clínica de un excelente amigo mío Orlando Agüero ─”agüerito”, como afectuosamente yo le llamo─. La clínica o laboratorio, estaba situada de las "Jocotas" 1/2 c. al Norte. Ahí lo escuché múltiple veces, junto con René Maradiaga Paniagua. Y, yo muchacho, para ese entonces, siempre salía emocionado, al escuchar los versos de Antenor, con esa fuerza y nervio de las entrañas de mi tierra. Y recuerdo también, que a estas reuniones, asistía Dn. Tito Tercero.

Y fue a través de Fernando José Núñez, que recién había venido del exilio, fundando en esta ciudad, la Biblioteca Pública, «Dr. Santiago Arguello Barreto», y que precisamente, en un acto cultural realizado en dicha biblioteca, cuando estaba situada frente al costado oeste del antiguo Instituto Nacional de Occidente "Máximo Jerez"(INO), yo leí un poema de Antenor Sandino Hernández, ─más o menos en el año de 1962─ por lo que el poeta me regaló un fuerte abrazó.

¡Cuántos y tantos, hombres y mujeres de esta ciudad!, ¿no admiraron al poeta en vida? Muchos. Era muy querido el poeta.


LUIS SOLÍS: "AQUILES" o “AQUILITO

Y sobre ello, me dice Luis Solís Benavidez, el que fue bautizado por Antenor con el nombre de "Aquiles", y que no sabe si fue por fortachón o por su agilidad en atender al panida, pero la verdad, es que le tomó cariño el poeta, el que llegaba casi todos los días a la clínica de Orlando Agüero, donde Luis Solís, se convertiría en “Aquilito”, el cual aprendió y trabajo de 1963 a 1968. Entonces, la clínica estaba ubicada, de la "Proquinsa" 1/2 c. al Oeste.

Dice el bautizado "Aquiles": ▬Allí fue donde conocí al poeta Antenor Sandino. Y conocí a los que asiduamente llegaban a la clínica y que se relacionaban con Antenor entre ellos recuerdo a Rafael Lacayo Zamora, Raúl Martínez Quiroz, don Alfonso Grijalva, don Tito Tercero Lacayo, Dr. Aníbal Rosales, Dr. Francisco Rivas Bermúdez, Enrique Guerrero Herradora (El Machazo), Dn. Rafael Robelo Murillo, dueño de la "Casa del Pueblo", y el Dr. Humberto Sotomayor Ramírez. ─Y, al respecto, te voy a contar una anécdota simpática, añade "Aquiles": una vez llegó "pipilacha", el cabo Toribio Obando, buscando una botella de Whisky que le había mandado, el Cnel. José Aburto, al poeta Antenor la que no había recibido el destinatario. Con la llegada del temido personaje, todos se sorprendieron y preocupados, por ello, no sabían que explicarle. Pero, sale el chispeante "machazo": ─aquí todos somos poetas don Toribio, ¿quiere que le haga uno? Pues bien, aquí le va: "Yo sé que anda buscando/el cabo Toribio Obando/no es nada de dicharacha/es el mismo "pipilacha"/el que te va a salir capturando. ¡Todos quedaron petrificados! Y, después, de un incómodo aliento y suspiro desgarrado, el señor Toribio Obando se tiró una carcajada, y todos los presentes lo siguieron, y con ella elevaron una plegaria al cielo: ¡Gracia a Dios! Pero, el que más gozaba, era el mismo poeta "Chorotega".

EN LOS RECUERDOS DE LEÓN

Y de la gente que siempre quiso a Antenor, hay muchos que hablan de ello:

Y sobre esto nos dice el Dr. Wenceslao Mayorga Donaire, en su libro «Recuerdos de mi amado León», que el poeta Antenor Sandino Hernández: “Dejó para la posteridad y en especial para la juventud leonesa el producto de extraordinario talento y con la ayuda del Padre Azarías H. Pallais, Salomón de la Selva y José Wenceslao Mayorga Sáenz, logró editar las siguientes obras: Barro Fulgente, Alma a los vientos, Novios de Provincia, este último fue un precioso cuento inspirado por el amor que le profesaba a su prima María de las Mercedes, y Tiangue o Mercado Indio. Y añade: “Siempre fue un admirador loco del General Augusto César Sandino, a quien dedica un poema que tituló Odisea de Sandino», dice entre otras cosas el autor del libro.

Hay quienes me dicen que quedó sin publicar la colección de cuentos "Novios de Provincia". Otras obras que no pudieron publicarse fueron: Las Campanas de mi ciudad natal, Cerámica y Xilófono.

Yo, sobre este particular, he tratado de encontrar trabajos de Antenor, que sé que existen en manos de amigos, pero se ha hecho imposible. Aunque sí seguimos con el deseo, como es, el de crear en la red cibernética, una Web para el poeta apreciado el poeta “Chorotega”.

EL CONTROVERSIAL FERNANDO J. NÚÑEZ HABLA

Entrevistamos a Fernando J. Núñez, un sobresaliente lector, orador, hombre polémico, discutidor encendido y Director de la Biblioteca “Dr. Santiago Arguello”, el que nos dice:

Antenor, trabajo en los Hechos, que estaba ubicado de la esquina occidental del mercado central ½ c. al Sur, propiedad del Colegio Tridentino San Ramón, y fue en esta tipografía, donde imprimió “Barro Fulgente” y “Alma a los Vientos”, y recuerdo que era dirigida por don Carlos Argeñal Molina. No sé por qué o cual fue la desavenencia, que el poeta tuvo con Dn. Carlos Argeñal, que éste último le retuvo “Collar del Istmo: Versos de la Tarde”, pero al final llegaron a feliz acuerdo y Antenor pudo divulgar su libro.

Un personaje radial muy famoso, conocido como el “Vizconde de los Olivos”, y que venía de “Radio Brumas” de Jinotega, y muy amigo, íntimo del periodista Lorenzo Sofonías Mayorga, lo contactó y con él, divulgó su libro: “De mis tierras las purísimas son”.

En 1967, Antenor Sandino Hernández, triunfa en el certamen que la Alcaldía de León, auspiciara, en el ramo de poesía. El poeta, luego fue llevado en comitiva a la Biblioteca Pública “Dr. Santiago Arguello”, donde se le homenajeó a todo “meter”, enfatiza Fernando J. Núñez, su Director. La biblioteca quedaba en ese entonces en la casa que fue del Coronel Joaquín Arrechavala de Vílchez, de la que se contaba que había tesoros enterrados, por lo que el controversial personaje, abrió infinidades de hoyos, que casi la deja en "zancos" o como "La Casita en el Aire" del Trío Las Rosas". Ésta esquina, estaba ubicada, de donde fue el Teatro González 1 ½ c. al Sur.

En ese mismo año, a finales de 1967, en la misma biblioteca, se develizó su retrato y se le tributó un “Sentido y Merecido Homenaje”, en el que participaron los poetas, Joaquín Sacasa Sacasa y Edmundo Icaza Munguía, y desde Masaya, vino a felicitarlo y a participar en los festejos, don Alberto Bendaña, reconocido historiador y Director del Archivo de la Nación, que estaba en la capital, y que hoy se conoce como el Archivo Nacional. Esta vez la biblioteca estaba situada del Hotel América 1 c. al Sur, y en la cuadra del popular “Cucaracha” de Dn. Félix Hernández, donde felizmente terminaron el festejo.

Cuando Fernando J. Núñez, se dio cuenta que Antenor había fallecido, se dirigió acompañado de León Cortés Castellón, a la casa del poeta, la que estaba situada de “La Ronda de Sutiava” 1 ½ c. al oeste. Luego, después de haber estado un rato, compungidos se trasladaron dos cuadras más al oeste y entraron al “Patiecito”, donde encontraron a Nuncio Gutiérrez y Pablo Pérez Oviedo con otros parroquianos, eran como las 11:00 de la mañana del 20 de octubre de 1969, instante en que comunicaron el fatal suceso; además manifestaron los recién llegados, la necesidad que había de hacer algunas gestiones, para la obtención de un ataúd, y darle cristiana sepultura al apreciado y querido poeta Antenor Sandino Hernández.

El grupo se dirigió a la “Funerario Bonilla” y los recibió Dn. Manuel Bonilla, su propietario, que con mucha gentileza los atendió, y les manifestó, que otro
grupo se había hecho presente, entre ellos Orlando Agüero, con el mismo propósito.

Me da fe, Fernando J. Núñez, en honor a la verdad, que cuando ellos estaban hablando con Dn. Manuel Bonilla, éste recibió una llamada del Cnel. José Aburto, el que le expresó que se iba a ser cargo del ataúd y que se escogiera el mejor. A la hora de la vela, fueron a traer sus restos mortales para rendirle guardia de honor, en capilla ardiente en la casa del doctor Derbyshire, situada esquina opuesta a la plazoleta o atrio de la Iglesia de San Francisco, local donde funcionaba entonces, la biblioteca en mención.

Los oradores fueron entre otros: El Ilustrísimo Obispo de León, Augusto Oviedo y Reyes, de pluma delicada, compadre y amigo de Antenor. Otros muy buenos amigos, los poetas Joaquín Sacasa Sacasa y Edmundo Icaza Munguía. También hizo uso de la palabra, el poeta Máximo Guillermo Alonso.

Y hace énfasis Fernando, en lo siguiente:

Hay quienes quieres denigrar la poesía de Antenor, pero intelectuales de la calidad de Julio Valle-Castillo, dicen lo contrario; hasta en un libro antológico aparece Antenor cerrando el "modernismo", afirma Fernando J. Núñez y agrega lo siguiente: "yo, yo... con estos mis propios oídos, le he escuchado decir, y en varias oportunidades, que Antenor con su soneto "Mi Prima", el poeta, 'cierra espléndidamente el modernismo de Nicaragua' y 'constituye uno de los mejores textos que se han escrito en América'”.

EL “CARIÑOSO DESDÉN”

Carlos Quintana, en su trabajo aparecido en uno de los rotativos de Managua, nos dice:

“A pesar de la amabilidad que quería demostrar la intelectualidad leonesa, existía siempre una muralla insalvable entre los de buenas familias y las de origen humilde, siendo este aspecto más acentuado en la “alta sociedad”; quien aún conociendo su alto quilataje poético, debido a su fisonomía indígena, siempre lo trataron con “cariñoso desdén”; por lo que él en cierta ocasión se lamenta dolorosamente “de las vestimentas de poeta y de payaso que la vida lo obligaba a llevar”. Poco a poco en su desafío continuo con la vida, siempre escaso de recursos, igual que rosas se van marchitando en el agreste camino sus ilusiones, aspiraciones y proyectos; y proclive por su sensibilidad poética, cae en las garras del alcohol, que sería el confidente de sus penas, desaires y fracasos, y un fiel compañero hasta en sus últimos días.”

“A pesar de sus rutinarios altibajos, su lira nunca calla, enhebra versos para toda ocasión, cumpleaños, bodas, amistades, etc., que van acompañados de alguna ayuda económica y, además, el fuego de aquel líquido letal enciende continuamente la antorcha de su inspiración, que se desborda en sus sonetos y otras métricas, sobre las mesas de bares y cantinas leonesas.”

“Vaya un homenaje al “Poeta Chorotega”, icono de nuestra autenticidad y criollo paradigma, que logró siempre hacer lirios sus versos y convertir en rosas líricas sus rimas; para ofrendarlas cargadas de metáforas: ¡Ante el altar sagrado de su patria!”. Así concluye su artículo Carlos Quintana.

DATOS INTERESANTES DEL POETA

Ahora, nos vienen estos datos, de Ramón Maldonado G., el que subraya que:
“Muchos de los grandes hombres por su humildad y modestia, son poco conocidos por falta de recursos propios y apoyo e interés en los gobiernos que carecen de sensibilidad por la cultura, literatura e historia de sus pueblos.

Sin embargo, debe reconocerse que algunos medios de comunicación de Nicaragua, sí se han interesado por que se conozca la vida y obras de grandes intelectuales de nuestro país.

Es así como he podido encontrar datos interesantes de la vida del humilde poeta chorotega leonés don Juan Bautista Antenor Sandino Hernández, nacido en León, el 23 de junio de 1899, siendo hijo de Nicolás Sandino Valle (albañil) y de Antonia Hernández Palma (comerciante). Realizó estudios de primaria en Managua y León, siendo los profesores Vicente Leiva, Miguel Cifuentes y Salomón Ibarra Mayorga (compositor del Himno Nacional), quienes más influyeron en su vida personal y literaria.

La niñez del poeta don Antenor, transcurrió sin mayor trascendencia dentro de las limitaciones económicas propias de su origen, fue una niñez sencilla y apacible, pero no desdichada porque fue poseído por el dios de la poesía.

Sus rasgos físicos de la raza chorotega se mezclaron con la belleza y numen de su poesía que fue el canto que expresó el espíritu rebelde pero inteligente de esa raza.

Por eso lo identificaron como el “poeta chorotega”, el de metáforas elegantes, lenguaje preciso, precioso y sencillo, como salido de un diccionario propio elaborado en una academia de su producción.

Su carácter, personalidad, entorno familiar y social, le impulsaron a llevar en su mano la antorcha de la poesía, con la que supo caminar entre un modernismo y un vanguardismo que lo recibía como en un nuevo amanecer cultural.” Es lo que nos dice entre otras cosas, Ramón Baldonado G.



OBRAS DE ANTENOR SANDINO

Recabando información podemos dar a conocer las obras del "Chorotega":

"Barro Fulgente" (1926),"Alma a los Vientos" (1945),"Tiangue o Mercado Indio y otros poemas" (1956); "De mis Tierras las Purísimas son (1957; "El Cuaderno de mi Tierra" (1959); "Collar del Istmo: Versos de la Tarde" (1960); "Coplas de la Gigantonas de mi Tierra" (1964).

Semanario el Socialista, fundador y periodista, junto con Apolonio Palacios y Leonardo Velázquez.

Suplementos de la Revista Arte y Vida, los publica en 1939.

Poemas famosos:

"La Odisea al General Sandino" (como admirador del General de Hombres Libres y del Ejercito Defensor de la Soberanía Nacional (EDSN); "Amor", poema premiado con el Lirio de Oro en los Juegos Florales de 1935 en León; "Estancias Aborígenes", poema premiado en Masaya, por la Cámara Junior, quien celebraba el concurso de India Bonita (1960); "Sangre India", en 1949, como un manifiesto del sentir de nuestro pueblo ante la intervención gringa. En esos tiempos, en el Campo de Marte, en Managua, flameaba la bandera de los Estados Unidos.

Himnos:

Canto al Pueblo de Larreynaga (1937) y dedicado al Cnel. Manuel Ignacio Pereira y a los compañeros, Antonio y Juan Cruz.

Himno de la Construcción, éste fue entregado por el periodista Ramón Augusto Sandino en Junio de 1974, al dirigente sindical del SCAAS, Daniel Izaguirre Téllez.





UNA RELIQUIA

Dice el Profesor y Poeta, Pedro Alfonso Morales Ruiz, que recibió de regalo un paquete pero que éste se está deshaciendo, y son nada menos que los poemas de "Alma a los Vientos", de Antenor Sandino. Es un pesar, porque están de "veme y no me toqués" y tiene la estructura siguiente: "En el índice de dicho libro puede apreciarse que la obra está estructurada en siete secciones: I - Bajo un árbol que tenga claridad de luceros (21 poemas), II - Ofrendas (21 poemas), III - Lámparas votivas (9 poemas), IV - Parábola sedienta (8 poemas), V - En los jardines de la esfinge (15 poemas), VI – La odisea del General Sandino (3 poemas), VII - Vendimia roja (12 poemas)".

No se pueden ni tocar las hojas, porque se deshacen. Es una lástima. ¡Y, cómo hacer un trabajo de dicha obra? La misión pareciera imposible, para el sobresaliente pedagogo de la ciudad de Telica, tierra de mi amantísima "Madre", María Elsa Mendoza Parajón.

El poeta Pedro Alfonso Morales Ruiz, es otro de los intelectuales interesados en rescatar la obra del Poeta “Chorotega”.

RECORDANDO TIEMPOS IDOS

Un día en plena guerra (1979), se aparecen: Bernardo Hernández Rojas, Alfredo Tórrez Pérez y Francisco Rojas, al puesto de abastecimiento para el barrio ─sector de la Administración de Rentas 2 c. al Sur, lugar en el que estaba trabajando en apoyo a la población en los requerimientos para la respectiva alimentación─, y me dijeron, que al Estado Mayor Militar de la insurrección, le urgía sacar una radio al aire.

Inmediatamente me despedí de Porfirio Valladares Zelaya, conocido como el poeta de Las Libertades y gran admirador del poeta “Chorotega”, con el que tuve la oportunidad de platicar mucho sobre su amistad con el poeta “chorotega”, el que también llegaba a su taller. Al despedirme me dijo: “si vas a sacar una radio, ─que fue la Radio Venceremos─ hacedlo con ¡Viva León Jodido! y la ¡Mora Limpia!” Y que esos sean tus temas. Y así se hizo.

Fuimos llamando a los hombres y mujeres de radio. Y entonces se apareció Melba Sandino Centeno, hija del poeta Antenor Sandino Hernández. Y desde ahí, se quedó colaborando conmigo en el círculo abierto. Mientras que, con otros compañeros, organizamos a los periodistas que eran afiliados a la “Asociación de Periodistas Independientes de León” (APIL), fundada por el año 1976, por Eligio Álvarez Montalván, Chuno Blandón y Wilfredo López Valladares. Recuerdo, también, a Roger Pineda, un extraordinario colaborador, muy apreciado por mí. Resulta, que cuando esta emisora abrió las puertas al público, la Melba, pasó a ser locutora, y con el suceso doloroso de la muerte del Comandante Oscar Somarriba, le dije, ─vení, vos, tenés que traerme las grabaciones pertinentes, y una entrevista exclusiva. Te vas integrar a este grupo. Yo había distribuido las tareas a todos los muchachos, pero la situación ameritaba material para su difusión para nosotros en León, y para La Voz de Nicaragua. ─¿Y cómo lo hago? ─¡Haber, te voy a decir cómo! Desde ese instante, fue el bautizo de fuego para la nueva periodista: la hija del poeta “Chorotega”

Recuerdo que una vez, en los años primaverales, ─porque, era una muchacha bien bonita─, yo le pedí un pañuelo, cuando ella pasaba a la Escuela Superior de Mujeres “Juanita Pinell”, y me lo dio, tenía un olor florecido a años juveniles. Conocí a su mamá, Dña. Soledad Centeno, cuando vivían de la “Esquina de Luis Mena”, unas 15 vrs. arriba, tal vez era por el año de 1959 ó 1960. El poeta era amable y serio al mismo tiempo. Yo entraba al patio colonial. Un cuadrado con paredes altas de adobe. Había una temperatura de humedad y silencio. Y una sabrosura, que no podría explicar.

Con Ramón Augusto Sandino Centeno (RANSAN), colaboré en “Enfoque de Noticias”. Y cuando él falleció, tomé la palabra en el atrio de la Insigne Basílica de la Catedral. y ya, en el Cementerio de Guadalupe, al momento que lo estaban depositando en su cristina sepultura, se dejó oír la magnífica voz de esas, de la “que nunca se apaga”, era Dn. Roger Morales Meza (Róger del Moral), que rascó la guitarra y empezó a entonar “El Rey”, y todos al unísono, cantábamos, y se multiplicaron las libaciones en el momento del dolor, y en la emoción del canto y la bajada de RANSAN a su última morada, casi, pero, casi, me voy con Augusto Ramón Sandino Centeno, sino ha sido alguien que me agarró del cuello de la camisa y me puso firme en el montículo, a la orilla de la tumba.

Otros hijos del poeta, son: Miriam y Miguel Ángel Sandino Centeno, este último, vive en El viejo, en una reposada casa, y en el patio crece un hermoso árbol de Aguacates ─el que el poeta, que no es poeta, pero tiene alma de poeta y es mejor que muchos poetas, (ahora le llaman “La Tajona” de los intelectuales o la Enciclopedia Andante, a partir de recitar algo del poeta griego, Esquilos)─, y me refiero a Dn. Fernando J. Núñez, el que nos ha traído para saborear estos aguacates y acompañarlo de una “lijita fina”, con declamaciones y sobre todo del soneto “María de Las Mercedes, se llamaba mi prima”. O de Carta a Fanny del Libertador Simón Bolívar.
Por todo lo anterior, y por mi recuerdo indeleble, que tengo del “Chorotega”, escribo estas notas.

Por todo lo anterior, y por mi recuerdo indeleble, que tengo del “Chorotega”, escribo estas notas.

Y HOY TE TRAIGO A TI, ANTENOR:

LO QUE SIENTO

Recordando al Poeta Antenor Sandino,
-donde “Chico Maturranga”-: ¡al saborear
las deliciosas mojarritas tostadas!.

***
Al escribir
siento vivir
reminiscencias,
como estampas nítidas
[que “mí yo” desenvuelve,
a partir de cómo habla mi espíritu
de un mundo de ensueños
que flota en mis interioridades
y que al despertar mi mente,
[lo activa
al elevar la esencia misma,
en las ideas,
del reflejo fiel de lo que anida en mí;
realidad vívida y gratificante,
en las ansias bellas de mi peregrinar.

Es la idea hablando desde la fuente
que acopia
[lo vivido y lo ido,
en la presencia de la evocación
del misterio de los sueños,
y en la visión que me inspira
para escribir estos versos.

¡Poeta, “Chorotega”!

Tu luz que irradias en el recuerdo
[persistente,
es más luminosa que la sentida en el abrigo
de mi corazón
cuando estreché tu mano.

Fue la experiencia más grata
hallada aquella tarde
[donde “Chico Maturranga”,
¡En la que me encontré a mí mismo!,
abrazando el esplendor
de una rica magnificencia espiritual,
desprendida de una generosidad sin igual,
que solo tus versos podían lucir
[la grandeza de tu alma.

Te sentaste al lado del “Niño Noguera”.
Y entre “mojarritas deliciosas" y libaciones
[exquisitas,
decías versos en tu hablar peculiar,
y en cada frase, yo me elevaba
entre un incienso venerable y virtuoso de melodías.

Poeta, ha salido a flote un sentido sueño
expresado en estas líneas,
¡del que un día estrechó tu mano!


Edmundo Icaza Mendoza (edicamen).
4:00 p.m. del 11 de Septiembre del 2002
“Rosticería Lee”, León, Nicaragua.

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