ESMERALDA
¡La inspiración me vino con la frescura
de una ola, en una dulce mañana!
...
¡La ola de tono esmeralda levantóse altiva!
Y arqueándose con ardor de novia galana,
Coqueteábale libre en conjunción sensitiva,
A la frescura del aire, en la dulce mañana.
Y con su cabellera suelta y despeinada
En vaivén alocado, se empinaba a la peña,
Retirándose esquiva al sentirse atrapada
Reclamando su libertad, y ella ser la dueña.
Caracoleando inquieta, entre el sol y la arena,
Así pasó el día en requiebres animosos;
Desatendiendo aquel grito y aquella pena,
Y de esos brazos que se extendían amorosos.
De porte expresivo, mirábale, llena de bondades,
Y de su caricia suave, en desborde de dulzura,
Ofrecíale al sol sus sensuales propiedades
Pero evasiva, negábale a la peña su ternura.
Risueña y salpicando al viento su alborozo,
Revelábale su espíritu de repentina fogosidad.
Y la peña anhelando con su ánimo afanoso,
Dísele, ¡Pero si te quiero! ¡Te quiero de verdad!
Ella, huyendo a la mar en el goce de la fascinación,
Y con sus encajes de auras en arrebol mañanero;
Esquiva y sensual, con su gesto de lozanía pasión,
Departía: ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Eso es lo que quiero!
Autor: Pedro Edmundo Icaza Mendoza
9:00 a.m. del 15 de Abril de 2003
Casa de Protocolo. Poneloya. EDICAMEN.
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