martes, 23 de junio de 2009

YO, EN LA NADA

¡YO, EN LA NADA!

¡Vago en el denso vacío espeso…
de la hondura!

***
Avanzando en la nada del vacío
caigo y me hundo, subo y me elevo
en la plenitud y escasez del pretérito,
y en la pesadez de la gravedad del letargo.

Medito en el asombro del abismo del hoy,
espeso en la nada, denso y pesado; saturado
y liviano en el vapor: efluvio que emana,
y en el que sigo braceando en la profundidad
de la ausencia.

Y en la presencia abandonada de la sima,
vago y levántome en el cerrado vacío negro,
y me veo a mi mismo, idéntico, igual,
pero diferente, desigual, en el inmenso espacio espeso.

Me veo suspendido y no estoy.
Estoy y no me veo suspendido
¿Será que no seré?
¿O seré lo que no es?

Sólo lo irreal existe.
Ni la nada, ni la noche, ni la oscuridad.
Ni tinieblas, ni lo espeso, ni la nada.

Parece que no soy yo, algo se sumerge en la ausencia.
Pero sigo vagando en el vacío de la nada.

Autor: Pedro Edmundo Icaza Mendoza
8:16 p.m. del 8 de noviembre de 2008.
Colonia 4 de Mayo. Zaragoza. EDICAMEN.

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